jueves, 4 de octubre de 2007

EMPRESAS Y COOPERACIÓN AL DESARROLLO, EL ETERNO DEBATE

Personalmente, por meter cizaña, soy un total escéptico en el tema de la participación de las empresas en la cooperación para el desarrollo. Es posible que tengan un nicho, sobre todo en el tema de la cesión de profesionales muy capacitados para colaborar en distintos temas (ejemplo que he visto y funciona bien, por ejemplo consultoras experimentadas de formación que dan servicios gratuitos a personal de ONGs), pero creo más en la voluntad de esos profesionales en querer colaborar en su tiempo libre con organizaciones cuyo objetivo declarado es ese (si es que esas empresas les dejan tiempo libre...).

La pregunta es ¿por qué una empresa habría de querer colaborar desinteresadamente con una ONG o un proyecto de cooperación? Quizás en casos puntuales de algunas empresas podría ser, pero convertir eso en un modelo para todas no me lo creo (la desconfianza nace de los palos recibidos...). Los fines de las empresas son ganar dinero (lo cual a priori no es malo), lo que se llama lucro. Lo otro, en la humilde opinión de este habitante de A Cova da Meiga, es marketing mientras no se demuestre lo contrario.

La RSC, como en su día lo fue la calidad, y el medio ambiente, son temas de interés y preocupación social que a las empresas les puede servir o no para mejorar su funcionamiento (si los famosos sistemas de gestión de la calidad, medio ambiente o RSC están bien implementados sí puede servirles para mejorar su funcionamiento, por ejemplo el tratar bien a sus empleados seguro que a medio plazo les sirve para aumentar rendimientos), pero ya solo el hecho de que existan los sellos o certificaciones representa para ellas un hecho diferencial respecto a las q no tienen el sello (y el sello RSC llegará pronto, alguno ya hay...), o sea, marketing.

Las ONGs no necesitan marketing de este tipo porque su objetivo son temas donde el lucro no aparece (o no debería aparecer). Es más, las ONGs deberían tener una tendencia "suicida", o sea, el objetivo de la ONG debe ser que llegue un momento en que no sea necesaria... Cuando la mayoría de las empresas tengan el sello ISO 14001 dejará de tener valor, habrá que inventar otro...¿A eso le llaman mejora continua? No creo que la mejora continua deba estar basada en criterios de marketing, y lo mismo la ayuda al desarrollo, y si se permite el pensar "pues si quieren marketing, aprovechemos lo que pueden ofrecernos" estamos perpetuando esa mala concepción (porque luego siempre llegan los temas de ceder profesionales para un determinado proyecto si luego en ese país se venden productos de esa empresa, o que aparezca el nombre de la empresa para demostrar lo buena gente que son...). Eso sí, si aparece una empresa extraña entre cuyos objetivos esté el ayudar desinteresadamente al desarrollo, pues bienvenida...tras mirarla con lupa.

De todas formas, ante la dificultad de poner límites a los distintos tipos de financiación de instituciones y además conocer en detalle sus buenas o malas prácticas, yo podría haber un criterio a priori para proponer: simplemente fijarse en la misión, objetivos, estrategia (o similares) que tenga la entidad.

Por ejemplo, una Caja de Ahorros se supone que en los estatutos contempla la dedicación a obras sociales.

Un colegio profesional se supone que a velar por los intereses de un determinado grupo profesional (lo cual incluye autoevaluación, pero también formación integral y actividades de caracter social para sus colegiados, y posiblemente también el cuidar la imagen de ese grupo profesional ante la sociedad y defender sus competencias).

Una fundación variará bastante, pero en general se puede decir que el ánimo de lucro no es su principal motivación.

Una empresa funciona básicamente por el ánimo de lucro (que yo sepa...). No voy a entrar si eso contribuye mucho o poco al desarrollo humano, pero si contribuye es de manera colateral, no como fin. Y repito que esto no tiene por qué ser malo (esto no es ningún ataque a las empresas, en absoluto). Pero lo dicho, si quieren hacer obra social es por otros temas relacionados con marketing, mejor imagen o, por qué no, para favorecer el "buen rollito" entre sus trabajadores y que estos estén más motivados porque su empresa participe en ese tipo de cosas. Por eso creo que no es a través de las empresas donde se deben encontrar los espacios para trabajar en temas de cooperación al desarrollo, sino que debería ser cosa de los propios trabajadores los que por su cuenta se metieran en esas actividades (y si las empresas les dan facilidades para "cultivar ese buen rollito" pues mejor), pero que no sean las empresas los agentes financiadores dando dinero ni bienes "de la empresa" (hmmm, igual me pillais si me decís que es que los trabajadores y su tiempo también son bienes de la empresa...).

Actualización 1: interesante el comentario de Andrés recordando que las ONGs no tienen ni mucho menos el monopolio del desarrollo, y de Isabel, que toca el tema de Educación para el Desarrollo impulsada por la empresa desde dentro.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Si las ONGD deben tener su "papel suicida" (completamente de acuerdo señor) y llega un momento donde no hacen falta... será así porque existirán otros agentes que son suficientes para generar y distribuir la riqueza. Sean estos públicos o privados.

La idoneidad de que sean unos u otros es discutible según el caso.

El desarrollo no es exclusividad del 3er sector. De hecho, muy por el contrario, creo que el desarrollo no debería ser competencia del 3er sector: porque no saben ni deben hacerlo.

Sergio dijo...

El desarrollo creo que no es exclusivo de nadie. Pero sí creo que el tercer sector es y desgraciadamente seguirá siendo un agente importante en el mismo, sobre todo si se quiere cambiar el modelo de desarrollo actual (en el cual también participa en sector privado, de hecho es el principal impulsor), y que particularmente no me convence en absoluto.

La cuestión es que si queremos cambiar cosas el tercer sector no puede enfocar sus actuaciones en perpetuar el modelo de desarrollo actual, por ahí hay que empezar.

Anónimo dijo...

Y en esta etapa de transición hacia la desaparición de las ONGD... aún a riesgo de pecar de ilusos, podemos pensar que cualquier Programa, Plan o actuación de la Empresa privada en favor de la cooperación al desarrollo es mejor que nada. Ya sea sólo por cuestiones de marketing, o no, la introducción de una visión más global en los objetivos, ideales o el mero debate interno de la Empresa, no se sabe lo que puede dar de sí. ¿Y si desgraciadamente el asalariado de a pie necesita que alguien de su entorno (por qué no sus jefes)tire del carro para empezar a creer que la cooperación al desarrollo es algo más que "eso" a lo que se dedican las ONG (que, como sabemos, comienzan a generar también desconfianza)?. Opino que al currante que cada mañana tiene que autoconvencerse de que merece la pena levantarse y regresar un día más a la rutina del trabajo no le sobran nuevas motivaciones.

Sergio dijo...

El fijarse en la parte "personal" de las empresas en mi opinión es la clave. Las empresas se forman de personas, aunque a veces (como queda reflejado en la serie de documentales "The Corporation") se le da a la propia empresa como tal un aire de "persona" (persona jurídica), pero que tiene demasiados rasgos de psicópata... Por eso en los aportes de la empresa a la cooperación al desarrollo (que no al desarrollo)creo que deberían basarse en las que quieran hacer las personas que la componen, y no como empresa en sí (dando facilidades de aportar tiempo y conocimientos a los empleados, integrando la Educación para el Desarrollo en la formación interna, etc.)