Esta vez me llegó otro correo-e con una historia, que viene directamente transcrita en algunos foros de policías como
este.
como no tengo datos para refutar que esta historia sea verdad (y además muy posiblemente lo sea, aunque no se mencione en ningún lado más que en foros de la policía donde hasta algunos de los foreros la critican), pero ante estos correos-cadena
nunca me quedo callado (como seguro que sabe quien la manda ;-DDD), comentaré tres cosillas, porque
creo que en estos casos con inmigrantes la demagogia es especialmente peligrosa:
- La
religión islámica no promueve este tipo de actos, y cuando se lee este correo parece que todos los islámicos tienen este comportamiento. En el Corán no se promueven NUNCA este tipo de acciones, así que no entiendo a qué viene lo que critica sobre alianza de civilizaciones e integración social de inmigrantes (esos comentarios contribuyen más bien a lo contrario). Animaliños extremistras los hay en todas las culturas, y hay épocas donde el caldo de cultivo para esto es mayor por muchísimas circunstancias (¿cómo se trataba a las mujeres en la edad media, tan cristiana? ).
- La imagen de la policía totalmente desprotegida (¿sin abogado ni pollas? ¿sola? ¿aterrada? ¿pero que clase de culebrón barato me está contando quien escribió esto?) es más que
tendenciosa para generar rechazo e indignación irracional y exacerbar un sentimiento xenófobo. Además, en un cuerpo como la policía (o cualquier otro armado o al que la sociedad le otorga un poder especial) esta actitud aun es más peligrosa, porque se interioriza el rechazo hacia un colectivo muy vulnerable, y porque la policía tiene doble responsabilidad que cualquier otra profesión (quien tiene mucha responsabilidad tiene agravantes cuando hace actos malos, por ejemplo los policías o guardia civil porque se supone que defienden la ley, o los ONGeros porque se supone que "queremos transformar el mundo a mejor", por eso cuando alguien en una ONG mete la pata los medios de comunicación se ceban con ella sin piedad, como pasa cuando algún poli la caga, que pasa a veces y espero que no aumente la frecuencia con la gente que está entrando pallá...).
- ¿¿Que nos costó mucho dinero?? Puede ser, porque
queremos una policía que haga respetar la ley, y una ley que haga respetar los derechos humanos en una sociedad que mire a los problemas de frente y busque las causas profundas, y no se limite a hacer los muros de Ceuta y Melilla más altos. En cambio parece que no nos preocupamos tanto por cuánto dinero nos cuestan
un montón de cosas inútiles como vacunas de la supergripe para enriquecer a cuatro, supersoldados de
"el ejército humanitario" para proteger el suelo patrio de las hordas de "invasores" que vienen en busca de una vida mejor porque donde viven no se vive, se malvive (y no simplemente por la corrupción o los terremotos como nos venden en la tele, sino por un montón de reglas internacionales injustos ya que para que algunos países ocupen la "pole position" otros tienen que estar atrás y quedarse allá...), o las subvenciones de la política agraria común que cobran los grandes terratenientes en la Gran Vía por no hacer nada con la tierra, o las grandes obras pensadas para unos pocos (y donde simplemente los carteles que anuncian las obras para dar más votos al partido de turno ya se llevan un buen pellizco del presupuesto...), o ...
Si realmente quien escribió esto quería denunciar una situación que es realmente injusta de violación de derechos humanos a una policía, la verdad es que
las formas son más que desafortunadas y en mi opinión incitan a la xenofobia (de hecho creo que se puede ver en el correo-e que su
intención, tan importante en Derecho, no era simplemente la denuncia del caso).
Aprovecho para comentar que esas
situaciones injustas creo que se dan mucho más frecuentemente con los inmigrantes, que vienen aquí tras sacrificios increíbles solo para currar y tirar palante de la familia y vecinos que dejaron en su país, como en Galicia no hace tanto (ah, no, si aquí emigrábamos "legales", que me parto de risa, sobre todo los que se iban a América...) y los tratan como animales con redadas masivas que hacen que muchos vivan continuamente con el alma en vilo, de forma que la pagan todos por culpa de 4 capullos de su país que han venido sólo a mafiosear y a joderles la vida con el fanatismo religioso (como en muchos pueblos o barrios donde los islámicos y sobre todo lAs islÁmicas vivían tranquilamente hasta que apareció algún clérigo extremista que ya vino a fastidiar).
No puedo entender la razón de que se les meta a todos en la misma cesta. ¿No tienen derecho a tratar de buscar una vida mejor? Ah, pero sólo currando en lo que nosotros no queramos, claro, porque como somos españolitos y estábamos aquí X generaciones antes que ellos, pues ya tenemos más derecho que ellos... (porque mi tatara-tatara abuelo luchó por tener el país que tenemos, y además posiblemente hasta fuera marinero de un barco de los que traía la plata robada de Potosí para pagar a los banqueros holandeses o suizos que financiaban las guerras europeas, mira tu, y así seguimos hoy en día, sólo que yo no creo que sea justo aunque listillos haya en todas las épocas y lugares).
Para mí, son la valía y las ganas de hacer las cosas bien las que deberían dar las oportunidades de elegir la vida que uno quiere,
no la nacionalidad y la sociedad donde le haya tocado nacer a alguien (la única pena es que nosotros además tenemos ventaja con una educación y un montón de cosas más que ellos no tienen en sus países con lo que ya vienen con una desventaja casi definitiva, y lo peor es que en gran medida lo mal que están sus países es consecuencia de que nosotros tengamos esa ventaja que queremos mantener a toda costa, lo cual a mí me hace cuando menos "revolverme algo por dentro", y no, la solución no es simplemente regalar nuestro móvil a Haití, es un poquito más difícil porque implica querer cambiar muchas actitudes y perspectivas aquí, y presionar para tomarse el apoyo internacional como algo "obligatorio" y de justicia... y "no dar cosas
a cambio de").
Aquí hay más argumentos contra esa demagogia que se emplea muchas veces al hablar de inmigrantes.