martes, 30 de diciembre de 2008

CIUDADANO, ERES FELIZ?

Hay libros y películas variadas de lo llamado ciencia-ficción distópica (cuya tendencia pasado un tiempo de su publicación es más a la de ciencia que a la de ficción) que merecen mucho la pena. Libros ya de antes de los años 50 del siglo XX como Un mundo feliz (que ha dado título hasta a discos de música heavy), 1984, o películas en tono a los 80 como Rollerball, La Fuga de Logan, o Tron, por citar algunas que he descubierto recientemente, aunque hay incluso más antiguas (por supuesto, muchas otras seguro que se os ocurren, más conocidas o más recientes como Blade Runner, basada en un libro anterior de Philip K. Dick, El Planeta de los Simios, también basada en un libro, Mad Max, I.A. o la propia trilogía Matrix) nos muestran el mundo de una manera más o menos apocalíptica, situación a la que se ha llegado casi siempre por las malas prácticas de la especie humana y su apatía a la hora de buscar soluciones conjuntamente, haciendo bueno el dicho gallego de "cousas do común, cousas de ningún" que se ha puesto de relieve este año en Poznan con el cambio climático o en Roma con la cumbre de la FAO (el hombre no es que sea lobo para la propia especie humana como decía Hobbes, es mucho peor, los lobos actúan como actúan por un instinto que hace sostenible al ecosistema). Incluso juegos de rol han originado alguna de estas variantes "molestas" de la ciencia-ficción, destacando Paranoia (al que pertenece la frase del inicio, si la oías durante el juego los problemas estaban cerca...) pero también Fading Suns. Tiene muchos enlaces con lo ciberpunk, que incluso se podría considerar un subgrupo de esta ficción distópica.

Aprovecho para, basándome en una broma que a un amigo le gustaba hacer, que consistía en hacer creer a la gente que él tenía implantado un chip en una oreja con sus datos, que incluso servía como tarjeta universitaria (?! creedme, era capaz de convencer a la gente), de ofreceros una oferta: pagando un pequeño suplemento de 60 euros se puede activar en vuestro chip el circuito de los sentimientos. El del sentido común os saldrá más caro, unos 200 euros. Y buf, el de la felicidad..., no tiene precio... Aunque otra opción son las pastillas, la roja siempre os saldrá más cara...

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