martes, 12 de mayo de 2009

UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA

Eso me encontré en la página 4 del diario El Economista, del 5 de mayo... Claro con columnas invitadas como César Vidal, Julio Anguita o Pío Moa, perpetrador del artículo de esta edición, uno no sabe qué se va a encontrar cada día (y, para qué negarlo, al menos te hace reaccionar, escribir o simplemente reflexionar sobre ciertos temas).

En una misma página Pío Moa defendiendo la ayuda a la iglesia de forma institucional por el estado español (aquí aparece transcrito), más allá de los apoyos de sus creyentes, y Salvador Pérez Moreno, de la Universidad de Málaga, hablando sobre la crisis y los países en desarrollo (no lo voy a desarrollar aquí, pero menos mal que alguien hace un llamamiento a que la crisis, si lo es para nosotros, imaginaros para países más vulnerables: NO EMPLEEMOS LA CRISIS PARA DESVIAR LA ATENCIÓN DE NUESTRA RESPONSABILIDAD CON ELLOS).

Es una página digna de guardarse y me hizo pensar en el milagro de la imprenta, como en un pequeño trozo de papel puede haber mensajes tan potentes, y también tan distintos..., pero no me puedo contener en desglosar la columna invitada de Pío Moa.

Pío Moa ve bien que para partidos y sindicatos sean exclusivamente los propios militantes quienes aporten, sin aportes públicos, pero que el caso de la iglesia es distinto por tres razones principales:
- en ella se juntan personas de distintas orientaciones políticas. Yo no veo que eso sea una razón, también en los partidos puede haber gente de distintas religiones, ¿no?
- su papel constituyente en la historia y la sociedad española es de primera magnitud. Hmmm, eso es indiscutible, desgraciadamente... No veo que ese papel de primera magnitud generara bienes para la sociedad española. ¿Eso es una razón para que sea distinta a un partido o un sindicato?¿No tuvieron estos papeles relevantes también, incluso sin entrar si mejores o peores?
- la tercera es que, con mayor o menor práctica, la gran mayoría de la población continúa sintiéndose católica, y culturalmente lo es, sin duda alguna... Pues entonces quien se sienta así que marque la casilla de apoyo a la iglesia católica, es lo bueno que tiene el dar a elegir a la ciudadanía, que cada uno puede sentirse como quiera, y no como los que escriben columnas dicen que se sienten...

Y todo esto apoyado con otras dos ideas, una de las cuales desarrolla más. La primera mencionando peyorativamente la corrupción a la que partidos y sindicatos son proclives (como si la iglesia no lo fuera, ?!).
La otra, que desarrolla más, es el supuesto ahorro de la sociedad dándole dinero a la iglesia, ya que con ese dinero mantiene la enseñanza concertada, que sale mucho más barata y con mejores resultados escolares que la pública. En fin, ya ni voy a entrar a valorar los supuestos mejores resultados escolares y los valores que se inculcan, pero ponerlo como ahorro..., como se nota que este señor no dio clase en colegios privados o concertados, con lo que suelen pagar y la precariedad que hay, no me extraña que salgan baratos, lo que no sé es como no se le han echado encima las asociaciones de profesores...
Además, con ese dinero lleva a cabo su enorme tarea de conservadora del patrimonio artístico y cultural del país, contrastando con el espíritu demoledor de los progresistas (por ejemplo en la desamortización de Mendizábal). Qué malos son los progres!! La Iglesia Católica, pobrecita, sólo se había limitado a amasar riqueza y terrenos durante cientos de años (lo cual no sé por qué extraña razón parece darles derechos eternos sobre ellos), y a proteger el patrimonio cultural (el religioso católico, claro está) del país. A este hombre, que se autoproclama historiador, parece que se le olvida como la Iglesia borró (o lo intentó) sin demasiados remordimientos todo rastro de la cultura y patrimonio que había antes, o la que intentó coexistir con ella... Y ahora resulta que son paladines de la protección artístico-cultural, yo es que me parto... Y nos hacen ahorrar dinero...

En fin, lo que hay que leer cuando se tienen ojos...

1 comentario:

Gabriel dijo...

Sergio, ya tenía ganas de pasar a visitar la cueva... Razón tienes, viendo lo que hay que leer. Me recuerda a algo que dijo Jean Cocteau, que lo malo de hoy en día no es la estupidez, que la ha habido siempre. Lo malo de hoy en día es que la estupidez piensa. Entre elementos como Pío Moa, los creacionistas, los negacionistas del cambio climático... qué sensación de que la verdad (sin ponerla en mayúsculas, y siempre dudando de que sea verdad verdadera) está débil. Y (perdón por tanta cita), Brecht decía que cuando la verdad está demasiado débil para defenderse, tiene que pasar al ataque. Eso es lo que hace tu blog. Gracias y salud!