También es importante definir qué pasaría si una vez que el personaje vuelve atrás (y puede verse a sí mismo), cambiara algo de la línea temporal (y si eso sería posible o en caso contrario se provocaría una “paradoja espacio-temporal que destruiría el mundo”. En el caso de Cronocrímenes, era imposible, y los protagonistas se las arreglaron para que nada cambiara. En la inolvidable trilogía Regreso al Futuro, a pesar de las dificultades, tampoco hubo cambios. Incluso en el guiño que la serie Futurama hizo en una de sus películas (El Juego de Bender, título para recordar un libro que todo el mundo debería leer) también a este tipo de historias se las arreglaron para que al final todo casara.
Hay un suplemento (que ha ganado algunos premios) del juego de rol GURPS llamado “Viajes en el tiempo” que trata todo este tema (el hecho de que en uno de sus capítulos aconseje leerlo sólo a gente con ciertos conocimientos de física teórica no hace que sea complicado, al contrario, es realmente un suplemento que aporta valor añadido, y sirve para tener una idea más clara de como manejar estas situaciones).
Incluso en la genial saga de libros de Mundodisco, de la que hablé, hacen un guiño a estos temas a través de lo que llaman algo así como “retro-vino”, que nacía de “uvas reanuales”, que se sembraban un año y crecían el año anterior. El retro-vino provocaba, claro está, retro-resaca, que aparecía el día anterior de haber bebido, lo cual te obligaba a beber al día siguiente so pena de provocar una paradoja espacio temporal que destruyera el mundo...
¿Y tiene todo esto que ver con Obama y su premio nóbel? Pues sí, ya que el premio nóbel de Obama es un “retro-premio”, con lo cual ahora le toca realmente merecerlo, so pena de provocar una paradoja espacio-temporal que destruya el mundo... (además de verdad).
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