Con tanto que se está hablando de la SGAE (a favor y en contra), el top manta, el copyright o su antagonista (como su nombre indica) copyleft, la venta de música mp3 por internet, los grupos que cuelgan sus nuevos discos de forma gratuita, la digitalización de los libros (y el posible y peligroso monopolio de google books) unos a favor, otros en contra, otros indiferentes mientras puedan seguirse descargando o compartiendo su música, juegos, películas, series e incluso libros favoritos (o no favoritos, hay auténticos compulsivos de las descargas que ni en toda su vida podrían escuchar toda la música o ver la series que hay en sus discos duros), a mí me asaltan las dudas sobre ¿qué pasa con los que crean, con los que componen y cantan esa música, escriben esos libros o comics, interpretan esas películas, hacen esos juegos de rol o tablero, esos juguetes, o cualquier otro producto que implique inventiva y creatividad (o incluso arte)?
Me parece perfecto que si hay una demanda de algún producto alguien pueda vivir de producirlo, si es que hay un "nicho de mercado" (o sea, gente que lo consume o lo usa, pero que no lo produce por las razones que sea, falta de tiempo, de conocimientos, o porque no le da la gana). Pero cuando la razón es de falta de conocimientos o medios para producir ese bien o servicio, llega un momento en que el nicho de mercado se disipa (por ejemplo, hoy cualquiera puede componer canciones y distribuirlas, o escribir novelas y distribuirlas, y a muchos les gusta diseñar sus juegos y juguetes y compartirlos). El concepto de arte (y el uso de los sentidos para percibir este arte) toma entonces una nueva dimensión. El teatro de momento no se puede piratear, ni un buen concierto en directo, ni una escultura o pintura que te transmita algo. Los libros y los cómic de momento están a salvo (aunque amenazados ya seriamente por los libros electrónicos, que facilitan la lectura de libros digitales, muy susceptibles de ser pirateados, o compartidos masivamente), y los juegos de consola o PC, a pesar de que se piratean y se prestan (con ciertas dificultades, no está al alcance de cualquiera piratear un juego de ordenador), se mantienen en ingresos por encima de música o libros.
Hay que distinguir entonces entre al menos tres conceptos, que están en continua interacción:
-la creación, que puede ser profesional si se cobra por ello, o simplemente un pasatiempo, y que en absoluto va aparejada a la baja calidad, como hay muchísimos ejemplos de ambos casos (creaciones de "aficionados" de altísima calidad, y auténticos bodrios de gente que vive de eso)
-la reproducción de lo creado (en los libros, empezaron los copistas, la imprenta fue una revolución criticada por muchos por popularizar el saber y acercarlo "al pueblo", la ofimática y medios digitales está siendo otra gran revolución sobre todo porque ya no hace falta profesionales para esto, y en la música hay una evolución similar aunque, como en el teatro, la "música enlatada" o el cine no han conseguido apagar la llama del directo)
-y la distribución al resto de las personas, que puede ser también voluntaria como cuando prestas un libro a un amigo o cuelgas tus poemas en tu blog, puede ser de préstamo masivo como las redes P2P o las bibliotecas públicas, o puede ser privada cuando se trata de intermediarios que obtienen un lucro.
Y es la interacción de estos tres mundos lo que genera tanto debate. Por ejemplo, si yo dejo los periódicos que ya he leído en el tren para que otra gente pueda leerlos, en vez de leerlos yo solito y luego cuando me baje en mi parada tirarlos al contenedor (al de papel, of course), rápidamente el revisor se encarga de quitarlos de allí (y no creo que para ahorrar trabajo a quien limpie el tren cuando llega a su destino, sino para "proteger" a las librerías que tienen el puesto alquilado en las estaciones). Si yo me bajo la música de mis grupos favoritos o las canciones que oigo en la radio o que cantaba mi madre porque me gusta escucharlas cuando yo quiera, porque alguien las comparte en redes P2P, los ingresos de la gente que las creó pueden bajar? Puede, pero si me gusta su música los iré a ver en directo. Y si cada vez más grupetes tocan y cuelgan su música en su myspace, puedo llegar a tener una oferta variada y buena de música gratuita, con lo que se "disipará ese nicho de mercado", y los creadores se están adaptando. Y si te gusta comprar el CD por el libreto y te gusta tenerlo, entonces se puede llegar a considerar "arte", pero hay mucha gente que sólo le interesa la música en sí y le llega con el archivo mp3 (con toda la mala calidad que dicen que tiene). Y es en la parte de los creadores, que son insustituibles, donde personalmente tendría maś dudas, la parte de reproducción y distribución en mi opinión deberían ser "pasto del mercado", ya que afortunadamente cada vez son menos necesarios.
Y mientras, es difícil ponerle puertas al mar, aunque se trata de llegar a un equilibrio si lo que se desea es generar la mayor y mejor creatividad posible (y no hacer "ghettos de creadores"). Para esto siguen usándose estrategias tradicionales como las giras más o menos grandes de conciertos, el teatro (que sufre, pero se mantiene) más accesible al público, y otras nuevas como el reciclaje y diversificación de los profesionales (cine,tv y teatro, música enlatada y conciertos, comics-dibujos animados-videojuegos, periodismo tradicional y ciberperiodismo), o el streaming (que parece ser que están ganando terreno a las descargas, porque puedes ver o escuchar en cada momento lo que quieras sin tener que almacenar un montón de información que luego no usas, y pagando poco dinero, no se suele tener en cuenta que el pasarse 3 días con el ordenador encendido descargando es un gasto también). Así, mientras pierden unos ganan otros, como las compañías que suministran internet, si no se ha prohibido aun el P2P es seguramente por la presión que ellas hacen...
1 comentario:
Síntoo, teño que opinar.
Aquí vou colle un concepto liberalistas. Propiedade Privada é aquelo que xurde de forma "natrual" cando os recursos son Limitados. Aquí preténdese converter en propiedade privada un recurso "ilimitado".
Pois ben. Do mesmo xeito que se eu me poño a tocar na Alameda, non podo esixir a todos os que me escoiten que paguen ou tapen os oídos, estamos nunha situación en que a música comeza a ser ben público.
Polo tanto. O que eu faría. O Cannon dixital e todo, que fose para o Goberno. Que a SGAE colgara as cancións na súa páxina en alta calidade. En base o número de descargas de cada disco ou canción, sería maior ou menor a remuneración, a cal, por suposto, nunca chegaría a ser un soldo indigno, nin indignante.
A xente que queira ver se pode vivir das súas cancións, que as colgue na SGAE, quen non, pois non. E quen queira vivir da música, que viva do seu traballo nos concertos.
Acaso un circo vive dos DVDs das súas actuacións? Ou unha obra de teatro? Porque os cantantes si? Insinúan que o proceso de composición e grabación dunha canción pódense comparar co gasto en escenificación, ensaio e posta a punto dun musical?
Distingamos.
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