Tras las dos etapas de Francia, con mar Mediterráneo y lago alpino incluidos, nos internamos en Suiza. Lagos preciosos (y en esta época perfectos para el baño), país altamente "autosuficiente". Me llamó la atención la cultura secular de aislamiento y promoción de lo suyo que se refleja en la gran aceptación de lo "suisse made", con sus propias cadenas de supermercados, gran cantidad de productos de fabricación propia, cuidado de sus costumbres y cultura en los diferentes cantones. Vamos, casi como Galicia... (¿se nota la ironía?). 35 eurillos por circular por sus autovías durante un año (que hay que pagar aunque sólo las uses una hora), y el hecho de no estar en muy buen estado, denota la apuesta Suiza por el tren (que funciona a pesar de su abrupta orografía, empleando muchos teleféricos, trenes de cremallera y otros medios públicos de transporte). Otra cosa que me gustó es que las zonas rurales se veían vivas...
Panorámica sobre Interlaken
Lucerna y su puente de madera
Lo más suizo de Suiza, paisaje callejero en Zurich
Vista general de Zurich
Vidriera original, de una de las iglesias de Zurich
El "mar" de Zurich, daba gusto nadar...
...hasta que llegó la tormenta (aunque los cisnes ni se inmutaron)
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